“Un rayo de sol
Oh, oh, oh
A mi corazón
Oh, oh, oh….”
Y es que en el hogar de tardes agradecemos tanto la visita del Sol… porque nos trae vida, ganas de jugar, de aprender…
Así fue cuando en una tarde cualquiera, nuestrxs niñxs se sorprendieron al encontrar a un nuevo amigo en un pequeño rayo: NUESTRO AMIGO EL SALTAMONTES.
Llegaron corriendo a la educadora para poder enseñárselo y poder admirar que pequeño bichito más simpático nos había visitado. “Zeño, corre, que hay un zaltamontes en el Zol” (J.5 años)
En ese instante, al contemplarlo, lxs pequeñxs pudieron aprender que nuestro invitado era un animal invertebrado, porque no tenía huesos!! Además se quedaron perplejos al contar sus seis patitas y ver que dos de ellas eran como muelles para poder saltar. “¿De verdad seño que va de un sitio a otro saltando?” (I.8 años)
Al final, entre todxs pensamos que lo mejor era dejarlo en el rayito de Sol, porque si había querido visitarnos, queríamos que se marchase cuando nuestro amigo decidiera, aunque desde aquella tarde lo vemos muy a menudo!!
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