Hace ya miles de años, vivía una joven llamada Hua Mulán en la pequeña ciudad de Qiuhuasong. De carácter muy inquieto y con la perseverancia como bandera, Mulán era una chica fiel y leal a su padre…
Las aventuras que Mulán experimentará por defender a su pueblo y proteger a su padre de la guerra, lleva al espectador o espectadora a creer en valores donde el feminismo y la justicia caminan de la mano.
Esta magia es la que pudimos vivir el pasado viernes un grupo de chicas del Hogar de Tardes al asistir al teatro Garnelo donde se representaba dicha función.
Vivir esta experiencia de una forma entretenida y divertida donde se visualiza que la fuerza no es más importante que la maña, que hay que luchar por lo que se cree y que el respeto hacia los demás sea nuestro signo de identificación, donde estos valores que calan mucho más profundo en nuestro ser y sentir y nos convierten en chicas empoderadas.
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