Risas, saltos y diversión: El patio del HTMM

Hogar de tardes Mamá Margarita

Parece mentira, pero ya han pasado dos semanas desde que volvimos al hogar de tardes, y nuestro patio está más vivo que nunca. Cada tarde, apenas se abre la puerta, los niños y niñas salen corriendo como si no pudieran esperar ni un minuto más. Y ahí empieza la magia: el patio se llena de risas, carreras y juegos que no paran hasta la hora de volver a casa.

La cama elástica es, sin duda, uno de los rincones favoritos. Siempre hay niños y niñas esperando su turno, mirando cómo los demás saltan alto, hacen giros o simplemente disfrutan de botar una y otra vez mientras se ríen a carcajadas. Justo al lado, el arenero nunca descansa: unos construyen castillos, otros cavan túneles larguísimos y siempre hay quien prepara “tartas” y “comidas” de arena que luego se comparten en juegos imaginarios.

Las bicis y los patinetes recorren el patio de arriba abajo. Se organizan carreras improvisadas, se inventan circuitos con curvas y rectas, y hasta hay árbitros espontáneos que marcan la salida con un “¡listos, ya!”. Y, mientras tanto, las pelotas van de un lado a otro, con partidos que empiezan de repente y en los que nunca falta alguien que quiera sumarse.

Lo más bonito es que cada tarde es diferente. Hay días de grandes carreras, otros de inventar juegos nuevos, de cantar canciones mientras juegan, o de reunirse en pequeños grupos para hablar de sus cosas. Siempre hay alguna risa contagiosa, algún “¡me toca a mí!” que se resuelve rápido, y muchas ganas de estar juntos.

Para nosotros es una alegría ver cómo, después de estas dos semanas, el hogar de tardes vuelve a ser ese lugar lleno de vida donde los niños y niñas pueden correr, saltar, imaginar y compartir. Nuestro patio late con su energía, y no hay nada mejor que terminar el día viendo tantas sonrisas.

Si las dos primeras semanas han sido así de intensas, no queremos ni imaginar lo que nos espera en las próximas. ¡Lo que está claro es que diversión y alegría no van a faltar!

Comments