Con estos días se solecito que estamos teniendo, en el Hogar de Tardes Mamá Margarita aprovechamos el buen tiempo y nuestro precioso patio para jugar en nuestro arenero, practicar deportes como el fútbol, el badtminton… sacamos nuestros juegos de mesa, saltamos en la cama elástica, etc.
Pero no todo es jugar y, dado que vivenciar es la mejor forma de conocer el mundo que nos rodea, decidimos aprender a través de la naturaleza.
Desde la clase de los pequeños, llevábamos tiempo, en cada merienda, guardando en un botecito las semillitas que nos daban las mandarinas tan ricas que comíamos. Y esta tarde decidimos sembrarlas.
Cada niña y niño de la clase pudo sembrar su semilla. Primero preparamos la tierra, moviéndola con una pequeña pala, luego hicimos un agujerito y ahí introducimos las semillas. Como último paso, tapamos las semillas y regamos con agua.
Ahora solo nos queda cuidarlas mucho y esperar que la naturaleza haga su trabajo.
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