El Ayuntamiento de Montilla concede una ayuda a la Fundación Social Universal para llevar a cabo el proyecto “Cuentos sanadores para la infancia en Montilla”

Hogar de tardes Mamá Margarita

La FSU recibe una ayuda de 1.240,45 € a través de la convocatoria de subvenciones en la Línea de Promoción y Prestación de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Montilla para poder implementar esta iniciativa que consideramos necesaria para las niñas y niños en estos tiempos de pandemia.

Cuentos sanadores para la infancia en Montilla pretende generar un recurso para la infancia, en especial la más vulnerable, que facilite la resiliencia y la construcción de espacios sanadores y reparadores implicando para ello a la población adulta y siendo altavoces de estas niñas y niños. Vamos a trabajar las emociones utilizando como hilo conductor un certamen de cuentos en el que participa el alumnado de 4º de primaria de los centros educativos de la localidad.

Estamos muy preocupados con el impacto que está teniendo el efecto de la pandemia en la sociedad y en especial en las niñas y niños que viven en Montilla. Este impacto es general, aunque nos fijemos en especial en la infancia con situaciones de vida más precarias o delicadas. Se están generando patologías, malestares, y disfunciones, en las familias, y en los niños y niñas. Nos preocupan cuestiones muy básicas y fundamentales (no solo el aburrimiento, ni algo tan importante como la escolarización y el seguimiento del ritmo del curso, entendemos que es una situación de emergencia), a saber: Riesgos para la salud, falta de luz, de ejercicio físico, de socialización. Son claves en el desarrollo de niños y niñas. El aislamiento y el sedentarismo prolongado pueden impactar en el desarrollo cognitivo y físico. Además, en muchos hogares, se dan problemas de alimentación y de higiene. En muchos casos, la salud mental está en juego. Estamos viendo situaciones muy límites ya, posibles descompensaciones, depresiones incipientes, y amenazas de auto-lesiones. Algunos hogares se vuelven “ollas a presión” que no todos los adultos presentes pueden gestionar. El uso abusivo e inadecuado de móviles, tablets y videojuegos, si ya venían siendo una preocupación, ahora lo son más: problemas oculares, cefaleas, alteraciones del sueño, hiperestimulación, ansiedad, adicción, etc. El ciber-bulling, sexting, grooming, y las apuestas tienen ahora el terreno abonado las 24 horas al día. Insistimos además en la situación de vida de muchas personas, en infra-viviendas, sin luz natural, con estrecheces y sin recursos socioculturales. Riesgo de agravamiento de violencias, este confinamiento tan largo puede generar violencias intrafamiliares de todo tipo. No hay contraste con el exterior, no se “oxigenan” las relaciones, no hay testigos ni adultos de referencia. La presión y la desesperación y la contención puede desencadenar violencia o abandono, y en los menores, fugas y comportamientos de riesgo.

A todo esto, debemos de añadir la brecha que se abre entre niños y niñas, los que tienen acceso a tecnología y a redes y a una cierta estructura familiar, y los que se quedan relegados por la falta de conexiones con el exterior (escuela on line, contraste). Los que viven en una casa con jardín, terraza, balcón, o los que solo disfrutan de una ventana interior. Así como aquellas familias que viven en pisos de pocos metros cuadrados sin espacios de esparcimiento individual y con muchos miembros de diferentes edades en la unidad familiar.

Así, por un lado, el foso de la desigualdad se amplía, y por otro, se acumulan días de encerramiento, sin conocer además el punto final, el horizonte. Hay hogares que son “limbos”, “cavernas” con riesgo a que el ámbito privado se imponga sobre el ámbito público y sus leyes y sus derechos. Toda esta situación angustia a la infancia.

Desde la FSU, seguimos trabajando, intentando dar apoyo, sostener, “estando con las niñas niños y adolescentes, con sus familias” para acompañar, orientar animar y regular.

En este contexto “Cuentos sanadores para la infancia en Montilla” es sólo un granito de área en este propósito, pero que unido a otras muchas acciones ayudará a que nuestra infancia viva en un entorno reparador. Proponemos una acción para que niñas y niños expresen su sentir, sus vivencias, sus miedos, preocupaciones, anhelos e ilusiones, le damos voz a sus testimonios y hacemos partícipes a los diferentes agentes sociales de la localidad. Ayudamos a que niñas y niños se expresen, “echen fuera”, canalicen y se incorporen al espacio público.

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