Para el Hogar de Tardes, que siempre tengamos manos amigas es una suerte; y es que contar con personas voluntarias tan generosas no tiene precio.
Una de nuestras historias, de tantas que tenemos cada tarde, ha podido agradecer la buena fe, en este caso, de dos muy buenas personas. Por un lado, la colaboración de una gran profesional Elena Guisado en su Ortopedia técnica “El Santo”
Gracias a su trabajo, dedicación, tiempo y a su ayuda, uno de nuestros niños disfruta ya de zapatos nuevos para que pueda correr, jugar y disfrutar sin dificultad.
Por otro lado, agradecer también a una de nuestras voluntarias más queridas, la financiación de estos zapatos.
Como dice el gran pianista Lionel Hampton: “La gratitud se da cuando la memoria se almacena en el corazón y no en la mente”
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