A menudo nos sorprende la ocurrencia de algunos niños y niñas al hacerle algunas preguntas del tipo ¿de dónde viene la leche? y nos responden que del supermercado, o que dibujen algún animal y no son capaces, al no lo han visto más que en la tele, videojuegos o dibujos. Hoy, muchos niños y niñas viven en entornos urbanos donde el contacto con la naturaleza es muy limitado. Algunos pediatras, psicologos y educadores lo definen como síndrome o trastorno por déficit de naturaleza que se traduce en obesidad infantil, fatiga, escasa tolerancia a la frustración, trastornos de aprendizaje o relacionales, etc.
Estamos en un momento donde el contacto con la naturaleza es más necesario que nunca, la necesidad de respirar aire fresco es algo vital, jugar en el aire libre, ensuciarse, saltar charcos, trepar árboles… es algo que los niños y niñas necesitan para poder desarrollarse cognitiva y emocionalmente.
Por ello, desde el Hogar de tardes mamá Margarita, cuidamos y proporcionamos a los niños y niñas experiencias que alimenten la alegría a través de ratos de juegos, de experimentos, de sentir, explorar, inventar… En la tarde de ayer, los niños y niñas del aula sueña disfrutaron creando e inventando millones de historias en el arenero. Crearon un lago, un río, montañas, castillos, tiburones y disfrutaron de una tarde llena de aventuras. Asimismo, cuidaron y regaron las plantas que poco a poco van creciendo en nuestro pequeño huerto. Fue una tarde maravillosa.
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