En un esfuerzo por fomentar la colaboración, el aprendizaje y la diversión entre todas las edades, desde los pequeños de tres años hasta los preadolescentes de doce, las educadoras han decidido unir sus fuerzas y crear un entorno de juego común, mínimo un día a la semana. Esto no solo ha traído risas y sonrisas a los rostros de los niños, sino que también ha fortalecido los lazos entre generaciones.
La iniciativa que lleva llevandose a cabo desde el curso pasado, ha demostrado ser un éxito rotundo. Los niños más pequeños aprenden a socializar y desarrollar habilidades de comunicación al interactuar con sus compañeros mayores, mientras que los preadolescentes han demostrado ser modelos a seguir y mentores naturales para los más jóvenes. Se ha observado un aumento significativo en la empatía y la comprensión entre los niños de diferentes edades, ya que comparten juegos, historias y actividades.
Las educadoras han implementado una variedad de juegos y actividades adecuadas para todas las edades, desde manualidades colaborativas hasta juegos al aire libre que involucran a todos. Esto no solo ha fomentado la diversión y la creatividad, sino que también ha brindado a los niños la oportunidad de aprender a trabajar en equipo y apreciar las diferencias entre ellos.
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